domingo, 4 de septiembre de 2011

Una noche de calentón


A penas cuatro minutos de conversación y te encuentro llamando a mi puerta. Edad, complexión, talla y rol. Las ansias que me empujaron al chat ahora parecen extinguidas y me afano por acabar la tarea comprometida.
Tu alito en mi cuello, mano derecha en los huevos. La izquierda en el culo intentando alcanzar el ano metiéndose por un vaquero que no he llegado a desbrochar.
Intento imponer mi ritmo, domarte. Cerrar los ojos para concentrarme en aquello que me llevó hasta a ti.
Acabado el trabajo un apretón de manos.
Cierro la puerto y enciendo el ordenador. El onanismo siempre fue una solución.